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ADN del crimen. La época en que la Argentina fue elegida como refugio por los jefes de los carteles narco

Desde Victoria Henao Vallejos, la viuda de Pablo Escobar Gaviria, hasta ...

Desde Victoria Henao Vallejos, la viuda de Pablo Escobar Gaviria, hasta Amado Carrillo Fuentes, más conocido como el Señor de los Cielos, la Argentina fue un refugio elegido por los jefes de los carteles del narcotráfico para instalar a sus familias lejos de las guerras de bandas que desangraban Colombia y México, o para descansar en una zona de confort sin tener que escapar de fiscales o policías que los persiguieran.

Antes de que se conociera la noticia de la llegada a Córdoba de la familia de Adolfo Macías Villamar, alias Fito, el traficante ecuatoriano condenado a 34 años de prisión, hubo otros jefes narco que eligieron nuestro país para refugiarse.

Además del Señor de los Cielos y de la viuda del jefe del cartel de Medellín, Henry de Jesús López Londoño, alias Mi Sangre, Juan Sebastián Galvis Ramírez, Héctor Edilson Duque Cevallos, Jairo Saldarriaga, alias Mojarro, se instalaron en nuestro país para escapar de la Justicia colombiana y de los capos de las bandas rivales con los que combatían por el territorio y las rutas de la cocaína.

Mientras que Daniel Barrera Barrera, alias Loco, mandó a su familia a un country de la zona norte del conurbano.

La llegada de los capos narcos más importantes de México y Colombia a la Argentina, donde encontraron las facilidades para que ciudadanos extranjeros compraran establecimientos rurales con grandes extensiones de tierra, que pagaban en efectivo y sin que el vendedor hiciera preguntas incómodas sobre el origen del dinero, comenzó en 1994.

Carrillo Fuentes, jefe del cartel de Juárez, fue uno de los primeros capos narco en desembarcar con su familia en la Argentina a partir de las facilidades que le otorgaba la legislación de nuestro país, que todavía no contaba con leyes que castigaran el lavado de activos provenientes del tráfico de drogas.

Mediante la gestión de un operador inmobiliario y un empresario agropecuario, Carrillo Fuentes adquirió un establecimiento rural situado en el kilómetro 22 de la ruta 226, en el partido de General Pueyrredón.

A pesar del paso del tiempo, los empleados de dicha estancia, no se olvidaron de los dos camiones de caudales que se usaron para llevar los U$S 5.000.000 en efectivo con los que el jefe narco le pagó al vendedor, integrante de una reconocida familia del jet set porteño.

Dos años después, Henao Vallejos y su hijo, Juan Pablo Marroquín, fueron detenidos por presunto lavado de activos cuando compraron un departamento en el edificio de Jaramillo y O´Higgins, en Núñez. La viuda y el hijo del líder del cartel de Medellín habían llegado al país con pasaportes falsos y consiguieron la ciudadanía argentina. Pero no pudieron pasar inadvertidos.

En el caso de Henao Vallejos fue procesada por presunto lavado de activos. Estuvo detenida hasta 2001 y, en 2005, la Justicia le dictó sobreseimiento cuando estaba a punto de ser sometida a juicio oral.

La viuda y los hijos de Pablo Escobar llegaron a nuestro país, un año después de la muerte del líder del cartel de Medellín. Ingresaron con identidades nuevas otorgadas por el gobierno colombiano. Henao Vallejos cambió su nombre original por el de María Isabel Santos Caballero; su hijo, Juan Sebastián Marroquín Santos, y su hija, Juana Manuela Marroquín Santos. Si bien un registro oficial sostuvo que el ingreso en el país fue el 20 de agosto de 1995, la viuda comentó en una oportunidad que su llegada fue realmente el 24 de diciembre de 1994.

Pero, la viuda de Pablo Escobar Gaviria no solo fue investigada por presunto lavado de dinero del narcotráfico. En el juzgado Civil y Comercial Federal N° 5 se instruyó un sumario para tratar de establecer si hubo irregularidades en el otorgamiento de la ciudadanía argentina. Durante dicha investigación se habría establecido que Henao Vallejos inició los trámites para obtener la ciudadanía argentina el 16 de febrero de 2007. Un mes después, se estableció que una mujer, con el DNI argentino, a nombre de Santos Caballero, habría votado en las últimas elecciones legislativas de 2009 en un colegio, de Palermo.

La familia de Escobar Gaviria primero vivió en Núñez, cerca de la cancha de River. A pesar de varias mudanzas, los Escobar se mantuvieron siempre en la ciudad de Buenos Aires. Según se desprende de un dictamen de los fiscales Sebastián Basso, Gabriel Pérez Barberá y Diego Iglesias, en septiembre de 2014 la viuda y sus hijos fundaron una inmobiliaria.

Aunque habían sido sobreseídos en el primer expediente por presunto lavado de dinero, en 2016, fueron investigados nuevamente, pero en otra causa penal. La Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín, que en las últimas horas rechazó las apelaciones de las defensas y confirmó los procesamientos firmados dictados por el juez federal de Morón, Néstor Barral.

La investigación que tuvo como imputados a quienes en vida del Patrón narco llamaba la “Tata”, por Henao Vallejos y su hijo, Juan Pablo había comenzado el 1° de septiembre de 2016, cuando la a Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), conducida por el fiscal Iglesias, recibió, de parte del representante de la DEA en la Argentina, una nota en la que se afirmaba que una organización dedicada al narcotráfico y al lavado de activos investigada en Colombia tenía vinculaciones con personas físicas y jurídicas “radicadas dentro del territorio argentino”.

En esa época, se determinó que la llegada de la viuda del jefe del cartel de Medellín habría formado parte de un acuerdo político entre el gobierno argentino y el colombiano. Así fue posible que la viuda y el hijo del fallecido Patrón narco recibieran nuevas identidades.

La estancia de los leones

Antes que su nombre se hiciera conocido por las distintas series de televisión, Amado Carrillo Fuentes, socio de Joaquín “Chapo” Guzmán, y uno de los referentes del cartel de Juárez. Acusado por la DEA de ser uno de los mayores transportistas de cocaína en la década de los ‘90, el narco que se hacía llamar el Señor de los Cielos por su capacidad por llevar importantes cargamentos de droga por debajo de la línea de detección de los radares instalados en la frontera de Estados Unidos, eligió Mar del Plata para vivir con su familia.

Además del campo que compró en la ruta 226, Carrillo Fuentes adquirió un establecimiento rural en el partido de Mar Chiquita. Dos leones que coronaban una tranquera marcaban el ingreso en la estancia situada cerca de la localidad de Coronel Vidal.En la actualidad, dicho establecimiento rural es visitado por buscadores de tesoros que llegan al campo para verificar los rumores que indicarían que el jefe narco dejó caletas con dinero escondido bajo tierra. Una costumbre similar a la que tenía su exsocio Pablo Escobar.

Tal fue la ostentación que hizo la familia de Carrillo Fuentes que, aunque pocos lo tuvieron frente a frente, gastó varios millones de dólares en la ciudad. Por ejemplo, no pasó inadvertido para un comerciante que tenía un negocio de venta de botas y sillas de montar que un hombre comprara artículos por US$ 10.000. El detalle curioso estuvo en que los billetes los llevaba el niño de 12 años que lo acompañaba.

Carrillo Fuentes había planeado instalarse varios años en Mar del Plata. Inscribió a sus dos hijos en uno de los colegios más caros de la ciudad. Pero no pasó más de seis meses hasta que decidió abandonar la Argentina. En ese período compró el mencionado campo en Coronel Vidal por el que pagó US$ 2.000.000. Además, adquirió maquinaria agrícola por U$S 3.000.000. Compró un histórico chalet que pertenecía a una de las familias más poderosas de nuestro país en Almafuerte al 1000.

El capo narco sumó a su conjunto de inmuebles un hotel en la zona de Parque San Martín y una forestación en la ruta 226. Solo en propiedades, Carrillo Fuentes gastó US$ 11.000.000, sin contar los salarios que pagó a los empleados y las comisiones inmobiliarias. Uno de los profesionales más favorecidos por los negocios con el jefe narco fue un conocido paisajista marplatense que, en esa época, le cobró U$S 30.000 por el diseño del jardín en una de las estancias.

”Si yo fuera tu jefe, te enviaría a Colombia a tomar un curso acelerado sobre carteles narcotraficantes, porque los nombres que aparecen allá como jefes se repetirán en la Argentina en no más de dos años”, le dijo a este cronista un importante funcionario del área de seguridad en febrero de 2009, al día siguiente del asesinato de Juan Galvis Ramírez, un ciudadano colombiano al que acribillaron frente a un negocio dedicado a la venta de artículos náuticos, en San Fernando.

No pasó mucho tiempo hasta que la presunción del funcionario se cumpliera. Así aparecieron, los colombianos López Londoño, alias Mi Sangre; Saldarriaga, alias Mojarro y Barrera Barrera, alias Loco. La esposa del narco que había sido detenido en 2012 en Venezuela se dedicó a la comercialización de muebles de estilo y antigüedades. Ninguno de los vecinos del country en el que vivía en la zona norte del conurbano, sospechó que lavaba dinero proveniente del tráfico a gran escala de drogas.

En este listado de jefes narco que eligieron la Argentina para refugiarse se incluyeron, solamente, los nombres que trascendieron públicamente y se confirmaron a partir de la instrucción de expedientes judiciales. Sin embargo hubo otros líderes de bandas narco internacionales, cuya presencia en nuestro país no fue acreditada, más allá de los rumores. Este fue el caso de Joaquín Guzmán Loera, alias Chapo. El supuesto paso por Córdoba en 2000, nunca fue confirmado por ninguna autoridad.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/seguridad/adn-del-crimen-la-epoca-en-que-la-argentina-fue-elegida-como-refugio-por-los-jefes-de-los-carteles-nid20012024/

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