Elecciones 2025: Votantes que entran y salen sin demoras y un problema usual que esta vez no se repitió
El CENS Nº 451 de Avellaneda, que funciona en el mismo edificio que la UTN Regional Avellaneda, mostró desde temprano un movimiento constante de votantes que entraban y salían sin demoras. A dif...
El CENS Nº 451 de Avellaneda, que funciona en el mismo edificio que la UTN Regional Avellaneda, mostró desde temprano un movimiento constante de votantes que entraban y salían sin demoras. A diferencia de las elecciones pasadas, cuando la apertura se retrasó más de dos horas, esta vez la jornada había arrancado en horario. “Hoy no hubo ningún problema porque vinieron todos los presidentes de mesa. A esta hora ya votó alrededor del 30% del padrón. Acá en Avellaneda votan temprano, al contrario que en Capital, donde se toman su tiempo”, explicó la fiscal general Laura Espíndola a LA NACION.
Como en todos los establecimientos del país, donde se utilizó la Boleta Única de Papel, no hubo cuarto oscuro. Las cabinas se distribuyeron en aulas amplias, tres por sala, mientras los fiscales ordenaban la circulación. Los votantes primero eran recibidos por un fiscal general que los orientaba, y luego un segundo asistente los guiaba hacia la puerta correcta según la mesa asignada. “La verdad, distinto a la vez pasada. Ahora entrás y salís. Es fácil y más rápido”, dijo Darío, uno de los primeros electores de la mañana.
Otro vecino, Daniel Fuentes, agregó: “Yo vine sabiendo bien a quién votar. Ojalá que cambie algo, porque hay nombres que se repiten hace 20 años”.
Detrás de cada mesa se exhibía la oferta electoral completa. Muchos vecinos se detenían a observarla antes de pasar al biombo, del mismo modo que sucedía en varias escuelas porteñas, donde el nuevo sistema también había generado dudas iniciales.
A pocas cuadras, en la Escuela de Educación Secundaria Nº 18 “Próspero Alemandri”, el panorama fue similar. También allí los problemas de la elección anterior parecieron quedar atrás. Todas las mesas abrieron en horario, salvo una que demoró algunos minutos por la ausencia del presidente. “Hoy no tuvimos sobresaltos. Se trabaja en calma y la gente vota rápido”, señalaron los fiscales.
Filas en LomasEl recorrido avanzó hacia el sur del conurbano. En Lomas de Zamora, acercándose el mediodía, el movimiento creció frente al edificio que comparten la Escuela Secundaria Nº38 y la Escuela Nº59 “Tte. Cnel. de Marina Luis Piedra Buena”. Las filas se extendían hasta la vereda y avanzaban con lentitud. El delegado electoral del establecimiento, Diego Vázquez, explicó el motivo principal: “Nos faltaron presidentes de mesa. Tuvimos que pedir a ciudadanos que estaban por votar que aceptaran ocupar el rol. Se les explicó la normativa, la ley, y quedaron a cargo. Fue complejo porque no recibieron capacitación previa”.
Según detalló, hasta las 10.30 el ritmo había sido muy bajo. “Muy lento, muy lento. Recién después empezaron a entrar más votantes”, afirmó. “Es todo nuevo. Al principio hubo tensión tanto entre quienes tenían la responsabilidad de la mesa como entre los votantes. Ahora ya están más sueltos. En una hora creo que vamos a estar normalizados”.
Mientras la fila avanzaba, las opiniones variaban entre la resignación y el asombro. “Hace una hora que estoy acá. Igual que la vez pasada, no cambia más este país”, se quejó Marta, mientras daba unos pasos adelante. Detrás de ella, Esteban Ledesma confesó: “Recién veo que hay otro tipo de boleta. Ni idea tenía. Espero no equivocarme. De última pregunto”.
A pocas cuadras, en el Jardín de Infantes Nº937, la delegada Mariana admitió que abrieron una hora más tarde de lo previsto. “Estamos sin vocales, tuvieron que hacer de presidentes. Eso demoró todo”, explicó. Aunque reconoció que el nuevo sistema agilizó la votación, se mostró escéptica respecto del nivel de participación: “Tenemos más o menos la misma cantidad que en la elección pasada. No creo que se supere”, señaló con decepción. Allí también aparecieron quejas puntuales. “En la entrada vi una boleta y pensé que adentro iba a ser igual. Me confundí cuando la vi distinta”, comentó Gabriela Oviedo al salir del cuarto oscuro. Otros, como Marcelo, destacaron la rapidez: “Marcás, doblás y listo. Antes tardaba el triple”.
La última escala en Lomas de Zamora fue la Escuela Nº11. Allí se repitió el retraso observado en otros establecimientos del distrito. “El correo llegó sobre la hora y faltaron dos presidentes. Tuvimos que reorganizar y arrancamos casi a las nueve”, relató la directora, Patricia Gómez, a este medio. Hacia el mediodía, el registro indicaba apenas un 30% del padrón emitido. “En la elección pasada, a esta hora ya había votado casi el 50%”, mencionó. Aun así, destacó la agilidad del nuevo sistema: “Es una luz a lo que era antes. No genera demoras. Los votantes entran y salen muy rápido”.
En una fila, Gladys resumió su experiencia mientras guardaba su DNI: “Me pareció cómodo. Creo que la gente se está acostumbrando. Igual, siempre cuesta cuando algo cambia”.
En la ciudad de Buenos AiresEl sol de la mañana iluminó el portón metálico de la Escuela Nº 22 D.E. 7 “Dr. Rómulo Naón”, en Villa Crespo. A las 7.30 comenzó a haber movimiento en la vereda. Los fiscales miraban el reloj, comentaban entre susurros y golpeaban la puerta cerrada con la esperanza de que alguien del personal los habilitara a ingresar. Faltaba media hora para el inicio formal de la jornada, aunque la ansiedad y el desconcierto se mezclaban en el aire. “Esto es raro, la vez pasada no tuvimos problema. A esta hora ya estaba todo resuelto: mesas, padrones pegados, todo”, señaló Karina, fiscal general.
Recién diez minutos antes de las 8 los dejaron entrar para distribuirse entre las aulas y colocar los padrones. La Boleta Única de Papel debutaba en estas elecciones legislativas y la incertidumbre se coló en cada pasillo.
La escuela abrió sus puertas en horario, aunque con una mesa menos. Faltó el presidente de mesa y la decisión inmediata fue habilitarla igual para no demorar a los votantes que ya esperaban. “Yo la puedo abrir, pero no sé qué tengo que hacer”, reconoció un fiscal general ante los delegados.
Afuera, la fila se organizó de manera improvisada. Susana, que acababa de votar, valoró la agilidad del nuevo sistema: “Me gusta votar así, estuve dos minutos y listo. Igual, el problema es que hay mesas que no abren. A mi hijo le pasa lo mismo en su escuela”, dijo a LA NACION. Dentro de las aulas, los biombos variaban según el espacio disponible. Algunos cuartos eran amplios y otros apenas ofrecían el margen suficiente para marcar el casillero elegido. Pasadas las 8.30 comenzaron a llamar a los primeros votantes en la mesa demorada. “Se notó que había gente con ganas de votar. La vez pasada estaba vacío. Ahora hay escuelas con fila. Me sorprende, para mí esta vez hubo más compromiso y también más quejas”, agregó.
En Villa Lugano, la escena fue distinta. En la Escuela de Educación Media Nº 1 D.E. 20, todas las mesas abrieron en horario. Los afiches que explicaban el paso a paso de la Boleta Única y exhibían la oferta electoral completa se repetían en la puerta, en el hall y en los pasillos. Sin embargo, una hora después, el lugar seguía casi vacío: apenas una persona votaba en una de las aulas. Sonia, de 80 años, llegó con el documento en la mano y una convicción firme. “Me preparé porque sabía que era nueva la forma de votar. Vi videos, hablé con los chicos que estaban en la plaza y me resultó fácil. Lo que no entiendo es que no haya sobres”, explicó antes de dirigirse al biombo. Sergio, otro vecino que acababa de salir del cuarto oscuro, expresó sus dudas sobre el interés general: “No sé para qué se vota. Pensé que era otra elección y ni siquiera está el candidato que yo quería. Mirá lo vacío que está: a nadie le importa. Yo vine porque sí, pero no creo que vengan muchos”, sostuvo mientras observaba el hall silencioso.
En Recoleta, la realidad fue diferente. La Escuela Normal Superior Nº 1 recibió una mayor afluencia desde temprano. Algunas mesas mostraban filas de cinco o seis personas, otras no. Los carteles oficiales con la cara de los candidatos acompañaban el recorrido hasta las aulas y en uno de los pasillos se exhibía un modelo de cabina de votación a modo de tutorial final. La delegada, Pilar Ferro, negó el ingreso de la prensa dentro del establecimiento, lo que constituyó una diferencia notable respecto de elecciones anteriores en la Ciudad. La escena se tensó por un instante cuando un hombre se acercó a la entrada para protestar. Señaló la boleta informativa pegada en la puerta y manifestó que no coincidía con la que había visto durante la campaña. Otros electores, ya habiendo votado, comentaron rápidamente su experiencia: algunos destacaron la claridad del nuevo diseño, mientras que otros se detuvieron varios segundos frente a los afiches porque todavía necesitaban confirmar cómo marcar sus preferencias.
La mañana avanzó con ritmos desiguales entre barrios. Las elecciones legislativas 2025, en las que se renovarán 127 bancas en la Cámara de Diputados y 24 en el Senado, transcurren bajo un cielo despejado que favorece la participación, aunque cada establecimiento muestra su propia dinámica. La Boleta Única de Papel es protagonista de la jornada, tanto por la fluidez del voto como por las dudas iniciales que se escuchan en los pasillos. Los fiscales aseguran que la adaptación genera demoras puntuales y confían en que el tránsito de votantes se estabilizará hacia el mediodía.