En Texas: una desconocida le pidió ayuda para enfrentar al ICE, viajó 5 horas y su presencia en la corte lo cambió todo
Nunca se habían visto. Sin embargo, la mujer que le escribió un mensaje a través de sus redes sociales la conmovió. Era una madre soltera, con dos hijos, con una audiencia migratoria inminente ...
Nunca se habían visto. Sin embargo, la mujer que le escribió un mensaje a través de sus redes sociales la conmovió. Era una madre soltera, con dos hijos, con una audiencia migratoria inminente y quien le pedía que la acompañara a la corte. Felicia Rangel Samponaro, directora de una organización que ayuda a migrantes en la frontera entre México y EE.UU., manejó cinco horas para estar allí con ella. Su presencia en el tribunal fue clave para que la jueza del caso le concediera a la migrante una nueva oportunidad.
Un mensaje inesperado desde Houston: “Me sentiría mejor si estuvieras”Felicia contó en las redes sociales de The Sidewalk School, la organización de ayuda a migrantes que dirige en la frontera, que semanas atrás recibió un mensaje que llamó su atención. Una mujer -a la que por preservar su verdadero nombre identificó como "Johanna“- le contó que era migrante y madre soltera de dos niños y que pronto debía enfrentarse sola ante el juez y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en su audiencia en Houston, Texas.
No tenía a nadie que pudiera acompañarla. No tenía otros familiares en Estados Unidos y su abogado había renunciado a seguir su caso. Johanna le explicó que seguía su trabajo en las redes sociales y que sabía que ella documentaba los arrestos de migrantes en las cortes. "Por favor, graba al ICE llevándome a mí y a mis hijos“, le suplicó.
Felicia no supo qué contestarle en el momento. Le preguntó qué esperaba de ella. Y la respuesta le reveló que necesitaba contención emocional. “Simplemente, me sentiría mejor si estuvieras aquí”, le escribió. En una entrevista con CNN, Samponaro agregó que le costó tomar la decisión de viajar para estar allí con ella. “Era realmente triste”, reconoció.
Felicia no sabía qué hacer. Revisó los documentos judiciales que Johanna le envió y comprobó que todo era real. Aunque la fecha de la audiencia se acercaba, seguía sin decidirse.
La frase que le dio claridad y la llevó a hacer el viaje: “Iremos”Fue su pareja quien le dijo una frase que la marcó y le dio la claridad que necesitaba para decidir acompañarla. “Te vas a sentir muy mal si se la llevan y nadie está allí para ella y sus hijos”, le comentó.
Fue lo que necesitaba escuchar. Felicia le escribió a Johanna: “Iremos”. El plural incluía a Víctor Cavazos, con quien fundó y dirige The Sidewalk School, y al padre Juan, un sacerdote católico de la zona, a quien sumaron para que acompañara a Johanna y a sus hijos.
Los tres viajaron en un auto durante cinco horas hasta Houston y conocieron a la migrante y sus niños una hora antes de la audiencia. Al verlos, Johanna rompió en llanto, contó Felicia.
La charla previa a la audiencia y la decisión de la juezaAntes de entrar a la corte, Felicia y Víctor le pidieron a Johanna hablar unos minutos a solas. La mujer dejó a sus hijos al cuidado del sacerdote. Víctor le hizo la pregunta más difícil: si había decidido qué haría con los niños si la detenían tras la audiencia. Johanna volvió a quebrarse. Dijo que si la arrestaban y deportaban, quería que sus hijos quedaran en Estados Unidos, seguros. Y les dio la información de a quién debían llamar en ese caso.
Minutos después, entraron a la corte y esperaron el llamado de la jueza. Felicia relató que estaba nerviosa y que tuvo la misma sensación que la aquejaba cuando estaba a punto de entrar a una cirugía. “Quería que terminara”, dijo.
Cuando llegó el turno de Johanna, la jueza le preguntó por qué no tenía un abogado. Ella respondió que había renunciado y no había podido conseguir otro. Finalmente, la magistrada decidió darle una nueva chance. Aplazó su caso hasta noviembre, para que consiguiera un representante legal y explicó que la presencia de Felicia, Víctor y el sacerdote en la corte había influido en su decisión. “El hecho que haya venido aquí con toda esta gente, me dice que se asegurarán de que tenga un abogado la próxima vez”, le dijo la jueza.
Ahora, Felicia y Víctor iniciaron una campaña en Gofundme para ayudar a la migrante a recaudar fondos para su representación legal en su próxima audiencia y evitar su deportación.
Quién es Felicia Samponaro, la mujer que viajó a Houston para ayudar a una desconocidaDesde hace meses, Felicia asiste cada semana a las audiencias migratorias del valle del Río Grande. No actúa como abogada, sino como observadora legal. Escucha las declaraciones, anota cada detalle y documenta los arrestos del ICE en sus redes sociales. “Me siento en la sala del tribunal y escucho sus casos”, explicó a CNN.
Felicia, de 49 años, es psicóloga y educadora. Lleva seis años asistiendo a migrantes con The Sidewalk School, la organización que fundó junto a Víctor para brindar educación a los niños migrantes que vivían en campamentos del lado mexicano de la frontera.
Durante el primer mandato de Donald Trump, miles de solicitantes de asilo debían permanecer en México hasta la fecha de su audiencia en Estados Unidos, y allí Felicia comenzó su trabajo humanitario.
Lo que empezó como un proyecto educativo se transformó en una misión permanente. Felicia y Víctor recorren las ciudades fronterizas de Matamoros, Reynosa y Progreso, donde ofrecen apoyo a familias varadas en condiciones extremas.