Exultante y ovacionado, Trump habló ante el Parlamento de Israel: de los elogios a Netanyahu al pedido que incomodó al presidente
TEL AVIV.- “¡Todá (gracias)!”. “¡Trump! Trump! ¡Trump!”. Con ovaciones pocas veces vistas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuvo una virtual canonización este lunes en la...
TEL AVIV.- “¡Todá (gracias)!”. “¡Trump! Trump! ¡Trump!”. Con ovaciones pocas veces vistas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuvo una virtual canonización este lunes en la Knesset, el Parlamento unicameral israelí, donde fue aclamado como el nuevo héroe de la historia de Israel. Ocurrió en una sesión especial, histórica, que tuvo lugar pasado el mediodía, una vez que fueron liberados -después de 738 días de espanto y muerte-, los últimos 20 rehenes vivos retenidos en Gaza, mientras se espera que el grupo terrorista Hamas también entregue los 28 cuerpos de los muertos.
En un hemiciclo marcado por presencia de algunos legisladores que llevaban gorras rojas con la leyenda “Trump the Peace President” (“Trump, el presidente de la Paz”), el mandatario norteamericano no fue el único en llevarse ovaciones de pie. También cosecharon largos aplausos su secretario de Estado, Marco Rubio, su enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff, y su yerno, Jared Kushner -que estuvo acompañado por su mujer, Ivanka Trump-, figuras esenciales para fraguar un acuerdo que marcó el principio de una nueva etapa en este explosivo rincón del mundo.
“¡Todá!”, gracias, le dijo una y otra vez Amir Ohana, presidente de la Knesset, que definió al invitado ilustre “un gigante de la historia judía, comparable a Ciro el Grande”, en alusión a la figura celebrada en el Antiguo Testamento como el libertador de los judíos de su exilio babilonés.
“¡El mundo necesita más Trumps!”, clamó. “Usted es el presidente de la paz, no hay ninguna persona en este planeta que hizo más por la paz. Su elección marcó un hito no sólo en Estados Unidos, sino en el mundo. Usted logró el fin de ocho conflictos en el mundo en menos de nueves meses. Usted salvó miles de vidas”, lo ensalzó. “Usted probó que la verdadera paz se logra a través de la fuerza. Nadie más merece más que usted el Nobel de la Paz”, siguió, al adelantar que lucharán para que logre este galardón -que esperaba el viernes último, cuando lo ganó la líder opositora venezolana María Corina Machado-, el año próximo.
Habló luego el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien también glorificó a su amigo Trump, pero también -en vísperas de momentos para él complicados a nivel político-, intentó llevar agua a su molino.
El líder de derecha le agradeció a Trump ante todo haber decidido en su anterior mandato trasladar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, “nuestra capital única e indivisible”; por reconocer la soberanía de su país sobre los Altos del Golán; “por apoyarnos contra las mentiras contra Israel en la ONU”; por “reconocer en su plan los derechos sobre Samaria y Judea , patria de los judíos”; por los Acuerdos de Abraham; por retirarse “del desastroso acuerdo nuclear” con Irán y su colaboración en la ofensiva contra el país de los ayatollahs de junio pasado. “¡Usted verdaderamente los martilló!”, resaltó.
“Donald Trump es el mayor amigo que Israel jamás tuvo en la Casa Blanca. Ningun presidente estadounidense hizo tanto por Israel”, siguió Netanyahu, resaltando su “liderazgo pivotal” y su propuesta de acuerdo “que logró el respaldo de casi todo el mundo, que nos trajo los rehenes, que termina la guerra, logrando todos nuestros objetivos”.
“Usted está comprometido con la paz, yo estoy comprometido y juntos lograremos esta paz”, adelantó, en un discurso en que jamás mencionó a los palestinos.
El primer ministro recordó el sangriento y salvaje 7 de octubre, que los “monstruos” de Hamas tomaron a bebes como rehenes, elogió a los heroicos soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y, entre aplausos, la eliminación de los líderes de este grupo terrorista, su jefe máximo, Yahya Sinwar, y del Hezbollah en el Líbano.
“Vi muchos presidente de Estados Unidos, porque estoy aquí hace no poco tiempo”, bromeó Netanyahu, el primer ministro israelí más longevo de la historia, “pero nunca vi alguien que movió al mundo de modo tan rápido, tan resolutivo, como nuestro amigo Donald Trump”, añadió. “Con nuestra presión militar y su liderazgo, logramos esta victoria”, se jactó.
“Gracias por todo lo que ha hecho”, concluyó, al asegurarle, él también, que aunque seguramente se merecía el Nobel de la Paz, él le dará la mayor distinción del país: el “premio de Israel”.
El discurso de TrumpDespués de otro discurso lleno de elogios del líder de la oposición, Yair Lapid, llegó el turno de Trump, que histriónico ante semejante recepción, en un discurso largo, de más una hora, con improvisaciones y muchos chistes, se autoelogió por el gran logro de esta jornada.
En uno de sus clásicos shows -que fue pasado en las pantallas gigantes de la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv-, y, consciente de que no todos están con su amigo “Bibi” Netanyahu en Israel, amén de agradecer a los socios de la coalición que respaldaron su plan de paz de 20 de puntos, también le dio crédito por haber colaborado para abrir esta nueva página en Medio Oriente. Y hasta pidió, al final, y en un comentario que aclaró que estaba fuera de su discurso pautado y sorprendió a los presentes, un indulto para que el primer ministro pueda sortear sus varios problemas judiciales.
Donald Trump en el Parlamento“No es el tipo más fácil de tratar, pero eso lo hace grande”, bromeó Trump, haciendo poner de pie a Netanyahu. “Gracias Bibi, gran trabajo”, dijo, en medio de aplausos, de los que solo se desmarcaron legisladores de la oposición que interrumpieron su discurso y fueron expulsados de la cámara.
“Esto no es solo el fin dela guerra, es el fin de una época de terror y el comienzo de un tiempo de armonía: ¡esto es el amanecer de un nuevo Medio Oriente! Va a ser la época dorada de Israel y la época dorada de Medio Oriente”, aseguró el mandatario, al destacar que “muchos pensaban que perdíamos el tiempo, que era imposible”, pero que habían logrado detener una guerra que muchos creyeron que continuaría por años.
Con corbata roja y visiblemente eufórico, el presidente evocó el espantoso 7 de octubre de 2023 que motivó la guerra ahora concluida, respaldó el concepto de “Bibi” de que la paz sólo se puede conseguir a través de la fuerza y, a diferencia de él, sí mencionó a los palestinos.
“Ahora finalmente no solo para israelíes, sino también los palestinos, la pesadilla ha terminado”, dijo. “Las fuerzas del caos, del terror, se han debilitado, los enemigos de la civilización están retrocediendo”, apuntó, agradeciendo especialmente al Ejército israelí y a sus generales.
“¡Qué gran victoria! El timing de esto es brillante, Bibi vas a ser recordado más por esto que por seguir adelante bombardeando y bombardeando”, comentó, muy suelto. “Hicieron falta muchas agallas”, agregó.
Habló luego de los palestinos, que ahora tenían la chance de cambiar su destino y de los gazatíes, que, según su plan, serán gobernados por una “Junta de la Paz” -con consultores internacionales y presidida por él- y, después de la devastación, necesitarán la reconstrucción desde cero de infraestructuras y viviendas.
Donald Trump en el ParlamentoEn este punto, precisó que hará falta mucha riqueza y mencionó a los países musulmanes del Golfo que se comprometieron a aportar dinero.
Lo más sorprendente fue cuando, hacia al final y en medio de los elogios a su amigo “Bibi”, de repente le pidió al presidente, Isaac Herzog, allí presente e incómodo frente a la situación, que lo indultara. “Señor presidente ¿por qué no le da un indulto?”, le preguntó, aludiendo a los cargos que enfrenta por corrupción: “¿a quien le importan esos cargos?”.
Aunque Trump habló de los palestinos y de su sufrimiento, no mencionó nunca la posibilidad de un Estado palestino, sino que habló de los extraordinarios potenciales y maravillas que podrá lograr una ampliación de los Acuerdos de Abraham en Medio Oriente.