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¿Los suplementos pueden aumentar la longevidad? Esto dice la ciencia

Parece que cada influencer de longevidad tiene un suplemento (o varios) en el que jura confiar. Bryan Johnson, fundador del movimiento “Don’t Die”, toma puñados de pastillas durante el día,...

Parece que cada influencer de longevidad tiene un suplemento (o varios) en el que jura confiar. Bryan Johnson, fundador del movimiento “Don’t Die”, toma puñados de pastillas durante el día, muchas de las cuales ahora vende. Gary Brecka, conductor del podcast “The Ultimate Human”, promociona polvos, tabletas, bebidas, aerosoles nasales, parches para la piel e incluso inyectables en su sitio web. Y una infinidad de personalidades de Instagram y TikTok aseguran que nunca se sintieron ni se vieron mejor, gracias a sus suplementos favoritos (que a menudo están pagados por promover).

¿Alguno de estos frijoles mágicos es legítimo? Múltiples médicos y científicos entrevistados para este artículo señalaron que no existen suplementos que hayan demostrado extender la esperanza de vida humana en un gran ensayo clínico.

Como resultado, algunos dijeron que la evidencia que respalda los suplementos para la longevidad es demasiado débil, y la industria está demasiado poco regulada, como para recomendar que la gente gaste dinero en ellos.

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“Todo ese menjunje de cosas que se promocionan por influencers y los supuestos expertos en longevidad, no tiene datos que lo respalden”, dijo el Dr. Eric Topol, fundador del Scripps Research Translational Institute y autor de Super Agers.

Otros, sin embargo, son más optimistas respecto al potencial de los suplementos para mejorar la “health span” —es decir, cuántos años una persona vive sin enfermedades graves— y dijeron que las píldoras y polvos pueden tener un lugar en el apoyo a la salud a medida que envejecemos.

“Veo todo este espacio como una oportunidad”, dijo el Dr. Eric Verdin, presidente y director ejecutivo del Buck Institute for Research on Aging. “Pero también como uno plagado de peligros para los consumidores y de promesas falsas”.

Los suplementos promocionados para un envejecimiento saludable generalmente se dividen en dos grupos: vitaminas tradicionales y productos más experimentales. A continuación, una mirada a cada uno.

Vitaminas tradicionales

Varios de los expertos dijeron que la vitamina D, la vitamina B12 y los omega-3 son los tres nutrientes que tienden a recomendar a los adultos mayores. En gran parte, esto se debe a que no es raro que las personas tengan deficiencias en estos nutrientes, especialmente a medida que envejecen. Los adultos mayores pueden tener dificultades para absorber vitamina B12, y ciertos medicamentos pueden agravar el problema. Las personas que viven en lugares con poca luz solar pueden no obtener suficiente vitamina D, y quienes no comen pescado regularmente pueden carecer de omega-3.

Estudios observacionales han sugerido que tener niveles bajos de vitamina D y omega-3 parece aumentar el riesgo de varias afecciones relacionadas con el envejecimiento, como enfermedades cardíacas, cáncer y osteoporosis. Esto motivó investigaciones para ver si suplementar con estos nutrientes podría ayudar a prevenir esas enfermedades. Sin embargo, los resultados de los ensayos clínicos han sido en gran medida poco prometedores.

En dos de los estudios más destacados —el ensayo VITAL de 2018 en EE.UU. y el ensayo DO-HEALTH de 2020 en Europa— miles de adultos mayores tomaron suplementos de vitamina D o omega-3 (o ambos) durante tres a cinco años. Al observar a los participantes como un todo, ninguno de los estudios mostró beneficios en diagnósticos de cáncer, salud cardiovascular, fracturas óseas ni cognición.

Los resultados fueron un poco más prometedores para el subgrupo de participantes que probablemente tenían deficiencia de omega-3. Específicamente, las personas que comían menos de 1.5 porciones de pescado por semana vieron una reducción en accidentes cerebrovasculares e infartos al tomar un suplemento. No se encontró diferencia en quienes tenían niveles bajos de vitamina D al inicio del ensayo.

En línea con estos hallazgos, muchos médicos adoptan un enfoque matizado al aconsejar a los pacientes sobre suplementos vitamínicos. La Dra. Alison Moore, directora del Stein Institute for Research on Aging en la Universidad de California en San Diego, dice que ocasionalmente recomienda omega-3, vitamina D y B12 si hay razones para sospechar una deficiencia. Pero agrega: “Si tienen una dieta saludable, entonces realmente no recomiendo suplementos”.

Análisis de seguimiento publicados recientemente del VITAL y el DO-HEALTH han agregado una nueva capa de intriga: la vitamina D se asoció con una menor tasa de acortamiento de los telómeros, y los omega-3, con un envejecimiento biológico más lento.

La Dra. JoAnn Manson, profesora de medicina en Harvard y líder del ensayo VITAL, especuló que estos efectos podrían deberse a las propiedades antiinflamatorias de los suplementos, pero agregó que aún es “muy incierto” cómo eso se traduce en una mayor longevidad.

Suplementos experimentales

La categoría experimental —y más de moda— incluye sustancias como nicotinamida adenina dinucleótido (NAD+), espermidina y urolitina A. Algunos investigadores creen que podrían mejorar la “health span” y contrarrestar el deterioro funcional de órganos y músculos asociado con la edad.

Muchos de estos compuestos son moléculas que el cuerpo ya produce para la salud celular, y en teoría, aumentar sus niveles con suplementos podría tener efectos antienvejecimiento.Por ejemplo:

NAD+ cumple un rol esencial en la producción de energía celular, y sus niveles disminuyen con la edad.La espermidina parece estimular la autofagia, un proceso por el cual el cuerpo recicla proteínas y componentes celulares dañados; proceso que también se deteriora con la edad.La urolitina A, producida por bacterias intestinales, podría mejorar la salud de las mitocondrias, la “central energética” de las células.

Los estudios en roedores, gusanos o células humanas in vitro han mostrado que estas moléculas pueden mejorar efectos negativos del envejecimiento e incluso prolongar la vida útil. Las empresas de suplementos suelen citar estos estudios, y los influencers los repiten como evidencia de que los productos funcionan.

Pero el Dr. Topol calificó estas afirmaciones de “puro humo y espejos”. “Hay un gran salto entre mejorar la salud de un ratón o prolongar la vida de un gusano y demostrar el mismo beneficio en humanos”.

De hecho, los pocos estudios clínicos en humanos que existen sobre estos suplementos encontraron mejoras mínimas, si es que las hubo.

Algunos suplementos antienvejecimiento que fueron tendencia, cayeron en desgracia tras fallar en humanos. Por ejemplo, los estudios preliminares sobre resveratrol generaron mucho entusiasmo, pero ensayos posteriores no encontraron beneficios concretos para la salud, por lo que muchos científicos han abandonado esa línea de investigación.

La falta de estudios clínicos a largo plazo también deja abierta la cuestión de la seguridad. Algunos podrían estar bien en pequeñas dosis o durante períodos cortos, pero podrían generar efectos secundarios imprevistos a lo largo de meses o años.

Y como ocurre con casi todos los suplementos, lo que dice la etiqueta puede no coincidir con lo que contiene la pastilla.

Un estudio reciente sobre suplementos de NMN (nicotinamida mononucleótido, una molécula relacionada con el NAD+) y urolitina A descubrió que la mayoría contenía cantidades diferentes a las declaradas, en algunos casos hasta un 100% de diferencia. Estos problemas se observaron en todas las marcas y rangos de precios, dijo la Dra. Andrea Maier, profesora de medicina y envejecimiento saludable en la Universidad Nacional de Singapur, quien dirigió el estudio.

Para quienes estén interesados en probar este tipo de suplementos, los expertos recomiendan precaución, aunque no aconsejan evitarlos por completo. El Dr. Verdin, quien cofundó una empresa de suplementos y asesora a otra, sugiere trabajar con un médico familiarizado con los productos y que pueda monitorear los efectos secundarios.

“Los suplementos de longevidad podrían dañar tu billetera más que cualquier otra cosa”, dijo la Dra. Moore. Pero se pregunta: “¿Vale la pena correr riesgos por suplementos que no tienen beneficios científicos comprobados?”

Todos los expertos coincidieron en que hay otras maneras respaldadas por la ciencia para extender la salud y la longevidad que no tienen nada que ver con suplementos. “Si realmente querés saber algo que ha probado cambiar el envejecimiento biológico y epigenético”, dijo el Dr. Topol, “es el ejercicio”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/salud/vida_sana/los-suplementos-pueden-aumentar-la-longevidad-esto-dice-la-ciencia-nid09102025/

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