Marcha federal universitaria: clases hasta las 12 y mucha expectativa en las facultades de la UBA
En la previa de la tercera Marcha federal universitaria, convocada para esta tarde a las 17 frente al Congreso ...
En la previa de la tercera Marcha federal universitaria, convocada para esta tarde a las 17 frente al Congreso en rechazo al veto presidencial de la Ley de Financiamiento Universitario y de la Ley de Emergencia Sanitaria Pediátrica, LA NACION recorrió distintas facultades de la Universidad de Buenos Aires. La mayoría de las unidades académicas mantenía clases normales hasta el mediodía, con excepción de la Facultad de Ciencias Sociales, donde la actividad estaba suspendida.
Entre pasacalles, afiches y pancartas preparadas por los centros de estudiantes se palpaba la expectativa de una movilización que busca asegurar el presupuesto para cursadas, investigación, hospitales universitarios y becas estudiantiles.
En la Facultad de Ciencias Médicas, los carteles colgados en la entrada eran la primera señal del clima que se vive: “NO AL VETO Marcha universitaria. Sí a la ley de financiamiento universitario. Congreso de la Nación. 17 de septiembre, 17hs”. A un costado, tres pancartas apoyadas contra las rejas aguardaban el inicio de la marcha con las firmas del CECIM, la FUBA y el Frente de Graduados. En la fachada, un pasacalle reforzaba el mensaje: “Diputados, diputadas, no al veto”. Dentro del hall, una mesa de Nuevo Espacio exhibía un afiche con la pregunta: “¿Qué es la educación pública para vos?”. Estaba cubierto de frases escritas a mano: “Es la raíz del futuro nacional”, “Sin educación pública no hay democracia posible”, “La educación construye oportunidades”, “Un privilegio que debemos defender”, “Progreso”, “Justicia social”, “Lo mejor que tiene este país”, “Igualdad”. Algunos estudiantes se detenían a leerlo y otros se sacaban fotos antes de entrar a sus aulas.
En ese escenario, Ignacio Eyzaguirre, parte del centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas, conducido por la agrupación Nuevo Encuentro, explicó: “Nos venimos organizando desde que empezó la semana. El lunes arrancamos con actividades, con clases públicas, con chicos recorriendo aulas. Lo que esperamos es que sea una movilización grande, que convoque a mucha gente y que podamos dar un mensaje claro: queremos cuidar lo que funciona, que es nuestra casa de estudios. Más allá de ser el lugar donde venimos a formarnos, es un lugar donde pasamos gran parte de nuestra vida cotidiana y lo vivimos así”.
Frente al afiche que recogía definiciones sobre la educación pública, agregó: “Lo que espero es que escuchen, porque hoy hay un pueblo movilizado que le está diciendo al presidente y sobre todo al Congreso que no al veto. Necesitamos que salga esta ley de presupuesto universitario para garantizar que se sigan sosteniendo las cursadas, la investigación, los hospitales universitarios —como el Hospital de Clínicas, que está acá cerquita— y las becas para los alumnos. Básicamente necesitamos el presupuesto para eso”.
Un panorama similar se repetía en la Facultad de Ciencias Económicas, donde también colgaba un cartel con la consigna: “Diputados, diputadas, no al veto”. En Plaza Dr. Bernardo Houssay, frente a la sede, integrantes del CECE organizaban la concentración prevista para la tarde. Camila, representante del centro de estudiantes, relató: “A las 14.30 vamos a concentrar acá en Plaza Dr. Bernardo Houssay, frente a la facultad. Vamos a esperar a todos los estudiantes y a quienes se quieran sumar. Después partimos a Congreso, porque a las 17 esperamos la respuesta de los diputados. Lo que se espera es que sea masiva, como la marcha de presupuesto que hubo. Fueron marchas muy grandes en defensa de la Universidad Pública, más que nada por la educación. Se espera que esto llame la atención en todos lados, también en provincia, porque la emergencia es muy grave. No estamos en una buena situación. Todas las universidades, toda la educación pública y la cultura de cada estudiante están en riesgo. Y no solamente la educación, también la salud. Esperamos la misma respuesta que tuvimos cuando se aprobó la ley en el Congreso. Después vino el veto del presidente, pero se había logrado el apoyo de diputados y senadores. Esperamos otra vez una respuesta positiva”.
Camila agregó: “Esto no es algo que se va a olvidar. Si no se habla ahora, puede ser el próximo año o el siguiente. Nos afecta mucho que se haya aprobado y después vetado, todo el laburo previo quedó en la nada. Esta marcha tiene que ser muy visible, como la que hubo por presupuesto el año pasado. El presupuesto afecta directamente a las universidades públicas, a la educación y también a la salud. Un médico residente no está cobrando lo que debería. Lo mismo los nuevos docentes, que reciben un salario mínimo. Es injusto y hay que retomarlo. ¿Hasta cuándo se va a sostener este presupuesto? ¿Hasta cuándo va a depender de la actualización que quiera el presidente? Esta marcha es necesaria para marcar un límite”.
En Ciencias Médicas, Rocío Presta, estudiante que ingresaba con una carpeta en la mano, resumió: “Vamos a marchar porque creemos que si no se garantiza el presupuesto, no se puede estudiar. Es algo básico, no podemos dejar que se caiga la universidad pública”.
Cerca de allí, Tomás, que se detuvo para sacarse una foto frente al afiche, sostuvo: “La marcha de hoy es importante porque muestra que no somos pocos los que estamos defendiendo esto. Somos miles y queremos que nos escuchen”.
En Económicas, Julieta Aznar adelantó que también participará: “Voy a estar en la marcha porque si no se defiende ahora la universidad pública, después va a ser tarde. Estudio con beca y con trabajo, y sé lo que significa tener presupuesto para sostener eso”.
Filosofía y LetrasEn la Facultad de Filosofía y Letras las cursadas se desarrollaban con normalidad durante la mañana, aunque el cierre estaba previsto para el mediodía. El movimiento en los pasillos mostraba la preparación: carteles, pancartas y murales llamaban a sumarse a la movilización que más tarde confluirá en el Congreso.
“Vamos a cerrar la facultad a las 12 horas, hasta ese momento funcionan normalmente las clases, para concentrar en Callao y Corrientes a las 16, en una columna que marchará hacia el Congreso. Hoy es fundamental tomar las calles porque el veto de Milei busca destruir la universidad pública. El año pasado vimos cómo los diputados en el Congreso votaron a favor del veto y no queremos que suceda otra vez. La movilización es clave para poner un freno”, señaló Yami, secretaria del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras e integrante de la Juventud Anticapitalista de Manuela Castañeira.
La referente también remarcó la necesidad de una representación distinta en el Parlamento: “Un salario para docentes y no docentes que arranque en dos millones de pesos. Hoy cobran una miseria, no se llega a fin de mes, el pluriempleo es moneda corriente tanto para estudiantes como para trabajadores. Necesitamos terminar con esta precarización para tener mejores condiciones de cursada y laborales”.
El antecedente inmediato fueron las medidas votadas en asamblea la semana pasada. “Apenas salió el veto nos organizamos el jueves y se decidió una vigilia esa misma noche. El viernes acompañamos al Hospital Garrahan, que también pelea contra el recorte en la emergencia pediátrica. En la asamblea se definieron distintas acciones de lucha, como las clases públicas. Ayer a la noche volvimos a hacer una vigilia, dormimos en la facultad y hoy temprano liberamos para que se den las materias. Los miércoles suele haber pocas cursadas, pero en general venimos impulsando clases públicas para visibilizar. Queremos sostener estas medidas y, si Milei insiste, hay que profundizarlas”, explicó Yami.
Desde el centro de estudiantes también plantearon una estrategia más amplia. “Proponemos que haya tomas en todas las facultades, como el año pasado, cuando hubo un gran estudiantazo. Creemos que es momento de que el movimiento estudiantil vuelva a salir y dé pelea. La situación es grave y pensamos que la alternativa tiene que ser de los trabajadores, de las grandes mayorías, con una salida anticapitalista”, afirmó.
Respecto de la convocatoria de hoy, la secretaria de Filosofía y Letras indicó: “Esperamos una gran presencia. Es un tema muy sentido en la sociedad: la educación y la salud públicas. Ya lo vimos con los vetos a discapacidad y jubilados, que generan sensibilidad. Queremos que la sociedad se exprese. Y también entendemos que esto es un punto de partida, porque hoy habrá que ver qué sucede en el Congreso, si se logra tirar abajo el veto. Si no, habrá que seguir sumando fuerza en las calles para las próximas instancias que se vienen”.
Ciencias SocialesEn la Facultad de Ciencias Sociales, sobre la calle de enfrente, una pintada en letras grandes resume el clima de estos días: “No al veto”. Afiches pegados en las rejas repiten la consigna junto a la hora de la marcha, mientras adentro, en distintos sectores, los estudiantes preparan pancartas y carteles para llevar a la movilización.
En la entrada, Paula Giménez, estudiante de Comunicación social, adelantaba que participará de la columna central: “Voy a marchar porque sin presupuesto no hay universidad pública. Estudio y trabajo, y sé lo difícil que es sostener la cursada cuando no alcanza para lo básico”.
Lucía, de Sociología e integrante del Yabasta, contaba que la preparación comenzó la semana pasada con una asamblea en la que propusieron la toma de la facultad. Desde su mirada, lo que puede cambiar las cosas no es el Congreso, “donde ya una vez se dejó pasar el veto”, sino la calle y la movilización. En esa línea, valoraba que los secundarios también se sumaran, con tomas como la del Pellegrini, y cuestionaba el presupuesto anunciado por el Gobierno, al que consideraba “una estafa construida sobre datos falsos”.
Para ella, lo que se estaba naturalizando era la emergencia en la universidad pública, con dos años de funcionamiento bajo “un esquema precario que ponía en riesgo su existencia: docentes con sueldos bajos, sin recursos para gastos mínimos y estudiantes cada vez más golpeados por las condiciones de vida”.
Lucía sostenía que había que triplicar el presupuesto educativo y llevar los salarios de docentes y no docentes a un mínimo de dos millones de pesos. “La mayoría de los estudiantes también somos trabajadores, porque en la Argentina la universidad pública es de masas”, señalaba, y advertía que el deterioro hacía cada vez más difícil sostener una cursada y recibirse. Por eso, aseguraba, irían a la marcha “con mucha fuerza”, convencidos de que la pelea debía darse en las calles.
El punto de encuentro estaba claro: saldrían desde la propia facultad hacia Callao y Corrientes a las 16, en la columna del Yabasta, junto a estudiantes de otras facultades, secundarios, terciarios, docentes y no docentes. Su expectativa era que “las calles se llenen de gente” y que la presión social obligue a conquistar el presupuesto. La confianza, coincidían, no estaba puesta en el Congreso sino en la movilización.
En el hall, mientras se apilaban carteles recién pintados, Martín, estudiante de Trabajo Social, agregó: “Voy a marchar porque la universidad pública me permitió estudiar siendo primera generación en mi familia. Si se sigue recortando, muchos como yo se van a quedar afuera. Es ahora cuando hay que salir y defenderla”.