Crisis sanitaria: el alarmante dato que arrojó una encuesta hecha entre casi 3000 médicos argentinos
El sistema de salud está funcionando con más de un 60% de médicos que reconocen tener o estar en riesgo de burnout. Advierten niveles de desgaste ocupacional que demandan atención urgente, seg...
El sistema de salud está funcionando con más de un 60% de médicos que reconocen tener o estar en riesgo de burnout. Advierten niveles de desgaste ocupacional que demandan atención urgente, según afirmaron ayer representantes del Foro de Sociedades Médicas Argentinas tras la inauguración de una nueva edición del 51° Congreso Argentino de Cardiología, en el predio de La Rural.
El dato surge de una encuesta presentada durante un debate sobre la crisis de la que no puede salir el sistema sanitario con legisladores, funcionarios, autoridades universitarias, de asociaciones profesionales y centros privados. “El burnout es un sensor de que algo está pasando en la estructura de la medicina, sea en el médico, el sistema o en la interacción de todos sus componentes”, dijo Gabriel Persi, vicepresidente de la Sociedad Neurológica Argentina (SNA).
La encuesta incluyó 2920 participantes y los resultados los consideraron federales y representativos de todas las especialidades. “El burnout es un estado de abatimiento físico, emocional y mental causado por el estrés crónico, que no se gestionó con éxito y que se caracteriza por cansancio extremo, distanciamiento mental con el trabajo o sentimientos de negativismo o cinismo asociados y pérdida de la eficacia profesional”, describieron al revelar los datos.
Con la encuesta, no solo se indagó en la percepción subjetiva, sino también objetiva con una escala breve que, aunque no define un diagnóstico, complementa la sensación de estar atravesando o no un estado de desgaste laboral. El 64,5% tenía burnout o estaba en riesgo de tenerlo, sobre todo en los menores de 50 años, de acuerdo con los primeros resultados presentados en el congreso anual de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC). Los residentes, sin discriminar por especialidad, fue el grupo con mayor desgaste ocupacional, algo que destacaron con preocupación los representantes del foro.
MotivosEl poliempleo –la mayoría dijo tener al menos tres o cuatro trabajos remunerados– para sostener el estilo de vida acorde con el nivel de formación alcanzado o la falta de un horizonte profesional claro estuvieron entre los principales motivos de descontento. Uno de cada dos dijo que volvería a estudiar medicina, pero también una proporción muy similar dijo que no o que no sabía si volvería a hacerlo. Es más, la mitad (49,8%) pensó en emigrar por las condiciones laborales, con siete de cada 10 profesionales que consideraron que la situación del sistema en el que trabajan empeoró en los últimos 10 años o más.
“Solo un 52% dijo que sí, que volvería a elegir la medicina como profesión”, destacó Pablo Stutzbach, presidente de la SAC. “Es preocupante lo que sucede y es más preocupante lo que vendrá para el sistema de salud argentino en los próximos años si no resolvemos las necesidades de nuestros profesionales”, agregó el cardiólogo, que coordinó la presentación y el debate que siguió.
Mientras que casi un 70% mencionó percibir una disminución del poder adquisitivo en la última década, un 60% calificó de “apenas suficiente” o “aceptable” sus ingresos versus el costo de vida.
“Una pregunta específica a partir de eso y la realidad del pluriempleo fue si tener más de dos o tres trabajos era por necesidad de cubrir los gastos para poder mantener el estilo de vida y un porcentaje muy alto dijo que sí y muchos de ellos, además, que no se sienten bien con eso”, agregó Persi.
Una especialidad con serias dificultadesLa encuesta realizada por 23 sociedades que representan a distintas especialidades médicas determinó una brecha en la disponibilidad o no de los elementos necesarios para trabajar que, en el tiempo, va afectando el rendimiento. “Todo eso va sumando estrés, desgaste. Estar en una guardia y no tener los elementos para atender una emergencia y tener que salir a hablar con los familiares o los pacientes sobre lo que está pasando tiene sus consecuencias en los profesionales”, agregó Persi.
Alejandro Risso Vázquez, integrante de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) y representante de la entidad en el foro, coincidió en que es la guardia y la terapia intensiva “donde se quiebra el sistema”.
Su especialidad se posicionó primera en cantidad de médicos con riesgo de tener burnout o que lo tienen y la situación del recurso humano es considerada crítica: el 50% de los profesionales tiene más de 50 años de edad y cayó un 50% la cobertura de cargos en la especialidad, con una “alta emigración de médicos jóvenes al terminar la residencia”, según detalló. Un alto porcentaje de esos profesionales prefieren optar por otra especialidad o formación posbásica, como medicina estética, ecografía o cardiología, entre otras.
“La terapia intensiva no tiene un buen panorama y hay gran incertidumbre y preocupación en cómo se cubrirá la renovación generacional una vez que se empiecen a jubilar los que hoy tienen más de 50 años”, expresó Risso Vázquez.
Marcelo Zylberman, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina (SAM), que integra el foro, planteó que estos datos sobre burnout, que definió como un “fenómeno cronificado” en la población médica, coinciden con resultados de relevamientos en la entidad y, sobre todo, con alto impacto en los más jóvenes.
En tanto, Pablo Sonzini Astudillo, presidente de la Asociación Argentina de Cirugía, mencionó que también vienen detectando un bajo interés en los egresados a comenzar la residencia, un alto nivel de deserción durante ese período de formación y, al completarla, la decisión cada vez más frecuente de optar por hacer otra residencia de una especialidad más redituable económicamente. “Todo esto es un diagnóstico de la realidad”, indicó.
Integran también el foro la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, la Asociación Argentina de Oncología Clínica, la Sociedad Argentina de Trasplantes, la Sociedad Argentina de Infectología, la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología, la Sociedad Argentina de Reumatología, la Asociación Argentina de Psiquiatras, la Sociedad Argentina de Mastología, la Sociedad Argentina de Nefrología, la Sociedad Argentina de Radiología, la Sociedad Argentina de Nutrición, la Sociedad Argentina de Psoriasis, la Sociedad Argentina de Gastroenterología, la Sociedad Argentina de Diabetes, la Sociedad Argentina de Hepatología, la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires y la Federación Argentina de Sociedades de Otorrinolaringología.
AlertasEn diálogo con LA NACION, el vicepresidente de la SNA confirmó que esta encuesta del Foro de Sociedades Médicas Argentinas brinda un “panorama de la situación laboral del médico” en el país.
“Necesitábamos saber de qué trabajan, cuántos son monotributistas, autónomos o que están en relación de dependencia y qué cantidad hace o no guardias. Nos da información para poder pensar y trabajar en cómo abordar los distintos problemas que están teniendo los médicos en la práctica diaria de sus especialidades”, explicó Persi. “Por otro lado, surgen alertas: la alta cantidad de médicos que están o tienen riesgo de burnout, algo que se ve por igual si trabajan en el sistema público o privado, junto con la proporción de médicos que dicen que no volverían a elegir la medicina y la cantidad que alguna vez pensó en ir a trabajar a otro país”, agregó.
Martín Donato, secretario académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), llamó la atención sobre la alta cantidad de profesionales que optaría por otra carrera si tuviera que volver a empezar. La cotejó con los resultados de la encuesta que hacen todos los años entre los egresados: si bien un 20% elige la especialidad a seguir por el salario y, a diferencia de décadas atrás, las nuevas camadas quieren hacer menos guardias y no trabajar con sobrecarga horaria, dijo que más de un 90% sigue respondiendo que volvería a estudiar medicina al obtener su título.
“Algo en el sistema de salud, desde la residencia, hace que empiecen a cambiar de opinión”, expresó Donato.