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Franco Masini: del interés de las grandes marcas para tenerlo como modelo a su nuevo desafío en el cine

La cita es a las 16 en un bar de Nuñez. Sin embargo, él está desde hace rato. Sentado a una mesa junto a la vidriera, aprovecha esos minutos previos para disfrutar de un iced coffee y leer un li...

La cita es a las 16 en un bar de Nuñez. Sin embargo, él está desde hace rato. Sentado a una mesa junto a la vidriera, aprovecha esos minutos previos para disfrutar de un iced coffee y leer un libro sobre runners, su nueva pasión. “Siempre voy con uno a todos lados, me encanta leer”, confiesa cuando le interrumpimos la lectura y lo traemos de vuelta a la realidad. Una realidad que no está nada mal y de la que hablará durante más de una hora.

Es que Franco Masini está en uno de sus mejores momentos. No sólo está a punto de volver a la pantalla grande con un nuevo protagónico, sino que desde hace tiempo está triunfando en el exterior, más precisamente en España y México, donde ha hecho éxitos junto a Georgina Amorós y Alejandro Speitzer. De hecho, fue por esas tierras que el músico y actor descubrió una nueva faceta: la de modelo. Su belleza y carisma lo han convertido en embajador de importantísimas marcas que lo llevaron a desfilar en la Semana de la Moda italiana y parisina.

“Mi meta es fluir con lo que te va proponiendo la vida, en todo sentido”, dice quien nunca ha renegado del mote de “galancito” pero que, a fuerza de mucho trabajo y constancia, supo esquivar el encasillamiento para demostrar de lo que es capaz. Algo que será aún más evidente en El Retorno, una coproducción entre Argentina y España que lo mostrará en un rol muy distinto al que nos tiene acostumbrados. Es que en este film de Marcela Luchetta, Masini interpreta a Abel, un extravagante mago de Las Vegas que, tras caer en un coma irreversible, despierta jurando ser Jesucristo reencarnado. Dos mil años después, este Cristo de carne y hueso vendrá a decirnos que su historia ha sido diferente a la conocida por todos, poniendo en riesgo la institución religiosa más poderosa de la humanidad.

“La película marca una tensión en el relato entre lo que tiene que ver con la iluminación de alguien y la locura. Para mí este personaje era un desafío muy grande porque no se sabe si este chico tiene un delirio místico o si realmente es Jesucristo”, explica el actor sobre este film en el que comparte cartel con Gabriel Gallicchio, Luis Gnecco, Juanjo Puigcorbé, Miriam Giovanelli, Mariano Saborido y Elvira Onetto.

-¿Cómo te llegó la propuesta?

-Hice un casting. En realidad, el personaje estaba pensado para alguien más grande. Querían que dé 33 años y yo doy más chico, pero hubo una insistencia del equipo de casting para que yo pueda hacerlo igual. Y me pasó que cuando lo hice la directora dijo: “¡Es él!”. Yo estaba en México en ese momento filmando una película con Alejandro Speitzer, así que como querían conocerme, hicimos una reunión vía zoom.

-¿Qué te pasó cuando leíste el guion?

-La investigación que hizo la directora y su marido, José Luis, es inmensa; son años y años de historia. Pero mi rol fue disfrutar del proceso de la película y de mi personaje. Me tocó hacer de un loco que juraba ser Cristo, así que me divertí mucho. Siento que está bueno para mi carrera haber hecho un personaje tan distinto.

-¿Cómo fue componerlo?

-Estuve siete meses dejándome la barba. También aprendí italiano. Estuve seis meses estudiando porque en la película se habla mucho ese idioma. Estuve con una coach -Norma Angeleri- durante muchos meses aprendiendo las escenas, encontrando la energía del personaje, porque el planteo era medio border.

-Esta película plantea el poder de la Iglesia como institución. ¿Creés que va a generar un debate en la sociedad?

-Si plantea cierto debate o charla después de ir a verla, está bueno. Siento que eso es lo que tiene que generar el arte. Salir del cine, charlar de lo que viste y ver que te pasó; te tiene que transformar. Algo interesante para destacar de la película es que no se pone ni de un lado ni del otro. No baja ninguna línea e invita al espectador a elegir lo que quiera. Vos podés creerle a este pibe que dice que es Jesucristo o pensar que es un loco.

-¿Cómo te llevás con la religión? ¿Sos creyente?

-Me llevo bien. Soy católico, tomé la comunión, mi abuela es muy creyente. En la vida uno a veces necesita de donde agarrarse, tener algo en lo que tener fe.

-¿Creés en los milagros?

-Te diría que creo más en el destino. Cosas que pasan y no sabés por qué.

-¿Qué cosas te hacen perder la fe?

-La falta de empatía con el otro. Obviamente todos tenemos nuestros problemas, pero me parece fundamental la escucha y la empatía hacia el otro porque eso también habla de cierta vulnerabilidad que es necesaria.

-¿Aprendiste cosas nuevas a partir de esta película?

-Sí, hay cosas que no sabía pero siento que más que de religión aprendí mucho sobre salud mental. Investigué mucho qué pasa con eso, me dediqué mucho más a eso. De hecho, mi personaje está en otro tono todo el tiempo.

-En este último tiempo, muchos artistas de tu generación se animaron a hablar de ansiedad y de depresión. Vos empezaste en el medio a los 12, ¿podés identificar alguna situación que hayas normalizado y hoy te des cuenta que no lo era?

-La verdad que siempre fui muy consciente de lo que me iba pasando y trabajé mucho en eso desde chico. A pesar de todas las cosas que iba viviendo a nivel laboral y de las responsabilidades que tenía, era muy consciente de dónde estaba mi cable a tierra, de lo importante de hacer terapia. Siempre me fui generando una contención para evitar tener desbordes. Además, mi familia siempre estuvo muy presente, acompañándome. Tanto mi mamá como mi papá y mi hermana.

-¿Qué dicen hoy al ver la carrera que construiste?

-Para ellos también es increíble. Yo siempre fui consciente de su esfuerzo y del tiempo que invirtieron en llevarme a todos lados, entonces hoy, que tengo la posibilidad, intento que puedan vivir y disfrutar de este presente conmigo. Por ejemplo, hace poco fui a Mónaco por trabajo, a la Fórmula 1 y lo llevé a mi papá. O cuando tuve que viajar a la India, fui con mi mamá y mi hermana.

-¿Cuál es el mayor desafío de trabajar en el exterior?

-Respecto a lo técnico es igual que acá, pero la diferencia es que uno está todo el tiempo adaptándose a algo nuevo. Desde el lugar donde tenés que vivir hasta la nueva cultura o el vínculo con tus compañeros, entonces es un proceso de aprendizaje y adaptación constantes. Me pasó en México, que tuve que adaptarme al horario en que comen (allá frenan para comer a las 4 de la tarde en vez de a la 1, como acá), a lo que comen, al tránsito, a su mecánica de trabajo, a que si el fin de semana te invitan a comer unos takis picantes hay que animarse.

–En algunos lugares te debe haber costado menos la adaptación...

–Hay lugares que han sido más amenos que otros. Madrid se me hizo muy fácil, por ejemplo, y ya es como mi segunda casa. También es un lugar de paso de todo el mundo, entonces siempre tenía a alguien que iba a visitarme. Pero en México me costó más. De todas formas, han sido experiencias muy enriquecedoras, de mucho crecimiento laboral y también personal, porque a veces uno tiene que dejar sus estructuras de lado y salir de su zona de confort para adaptarse.

-¿Te hiciste amigos?

-Sí, me hice muy amigo de Manolo Caro, el director de La casa de las flores. Tenemos un vínculo muy lindo. Lo conocí en 2020 cuando hice Rebelde. Él no estaba involucrado en el proyecto pero era en su productora y pegamos una gran amistad que ya lleva cinco años. También me quedaron amigos de Rebelde, el productor de Todas las veces que nos enamoramos (la última serie que hice en España) y André Lamoglia, de Elite, que si bien no compartimos serie sí compartimos el estar viviendo en Madrid.

-¿Dónde quedó la música?

-La parte musical siempre me acompañó. Me encanta cantar y componer. Toco el saxo, la guitarra y el piano, pero siempre tuve en claro que mi prioridad iba a ser lo actoral. A mí me gusta hacer las cosas a fondo, entonces en un punto se me complica tener cierta continuidad musical. Igual sigo componiendo. El último tema que escribí se llama “Cicatriz” y trata un poco de las cicatrices de la vida. Lo compuse el año pasado cuando terminé una serie que se llama Amor animal, que sale el año que viene. Una historia creada por Sebastián Ortega que me encantó hacer y que implicó mucho desgaste físico y mental, así que la terminé y compuse esa canción.

-También sos embajador de algunas marcas internacionales, ¿cómo te llevás con la moda?

-La moda me gusta mucho. Me siento muy afín con todo lo que tiene que ver con imagen y estilismo y en los últimos años se me fueron abriendo puertas muy grandes internacionalmente, así que es un costado que sigo alimentando y haciendo crecer en paralelo a mi carrera de actor. La serie que hice con Georgina Amorós fue muy vista en España y me abrió el mercado europeo, eso me permitió que pueda ir a trabajar a los Fashion Week en Milán y en París, entre otras cosas. Estoy muy agradecido porque mi trabajo me ha hecho viajar mucho y conocer lugares que no tenía pensado.

-¿Qué tiene que tener un proyecto para que digas que sí?

-Es un conjunto de cosas pero me atrapa cuando genera un movimiento en mi carrera. Yo creo que el movimiento genera movimiento, nuevos desafíos, nuevas experiencias y aprendizajes. Entonces priorizo no quedarme en una zona de confort o donde me sienta estancado. Primero, porque soy muy inquieto. Segundo, porque me gusta aprender. También depende de que esté necesitando en mi carrera. En este caso, con El retorno prioricé volver a hacer cine y un personaje distinto. Pero siento que cada proyecto me va aportando algo especial; a veces por el personaje, a veces por el director, a veces por los actores o por lo que me pueda llegar a dar en un futuro.

-¿Sentís que quisieron encasillarte en el rol de “galancito” en un momento?

-Creo que hay etapas en que uno va siendo funcional, ya sea por la edad o por el physique du rol, pero está en uno no luchar contra eso sino agarrarlo, disfrutarlo y ver qué otros costados pueden llegar a generar movimiento. Que uno tenga impulso y que si no se generan las cosas, intente generarlas, también es una parte para salir de eso.

-Ya conquistaste España y México, ¿soñás con Hollywood?

-Siento que es un trabajo de todos los días valorar lo que uno hace, no sé mañana que pasará. Intento ir a corto plazo en general. Hoy no sé si me veo actuando en otro idioma pero si se me da la posibilidad... Yo sueño con seguir haciendo lo que me gusta y con seguir teniendo desafíos. Ese es mi sueño, tener cosas que me sigan moviendo y haciendo crecer como artista.

-¿Cómo está tu corazón?

-Estoy solo, estoy soltero. Estuve en una relación de casi cuatro años, que es mucho tiempo, así que ahora enfocado en seguir conociéndome a mí mismo. No es fácil viajar tanto, así que abocado a eso y a disfrutar de estos momentos. Ya vendrá el amor, siento que sucederá cuando tenga que suceder sin buscarlo. Mi meta por el momento es fluir con lo que te va proponiendo la vida, en todo sentido.

Agradecemos a Rita Specialty Coffee por su colaboración en esta nota.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/franco-masini-del-interes-de-las-grandes-marcas-para-tenerlo-como-modelo-a-su-nuevo-desafio-en-el-nid13102025/

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