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Luciana Martínez, de Gran Hermano: de la gran decisión que tomó al tratamiento que hará y el secreto que guardó durante 10 años

Cuando Luciana Martínez entró a Gran hermano se llamaba Jorge Barrionuevo, pero eligió el reality de Telefe para gritar a los cuatro vientos la verdad sobre su identidad de género. Durante esto...

Cuando Luciana Martínez entró a Gran hermano se llamaba Jorge Barrionuevo, pero eligió el reality de Telefe para gritar a los cuatro vientos la verdad sobre su identidad de género. Durante estos meses la gente la apoyó, aunque el pasado lunes quedó eliminada del juego. LA NACIÓN habló con ella sobre la gran decisión que tomó al ingresar al programa, los diez años que debió esconderse porque no se animaba a enfrentar a su familia y a los habitantes de su pueblo natal, Pico Truncado, en la provincia de Santa Cruz. También contó que va a hacer un tratamiento hormonal y que, más adelante, se va a someter a las intervenciones quirúrgicas que sean necesarias.

La presentación de Luciana Martínez en Gran Hermano

-¿Esperabas quedar fuera de juego?

-Cuando Furia entró a la casa dijo que cuando estás nominada en gala de eliminación, te depertás y sabés que te vas, y lo sentís todo el día.

-¿Y sentiste eso?

-No, no sentí que me iba hasta el mano a mano con Chiara. Me despedí de Santi, que me acompañó hasta el final, un amigo que amo, y de Luz. Les dije cositas para que atesoren y estén tranquilos ahí adentro.

-Eras un personaje fuerte, parte del tridente, ¿qué creés que rompió esa fortaleza y te sacó el apoyo de la gente?

-Faltó creérnosla, adentro todos nos subestimamos y sacamos las teorías de las placas, quién es fuerte, quién no, qué grupo funciona. Y el tridente era fuerte, pero después de la salida de Brian nos planchamos un poco. Si bien con Santi tironeábamos, nos faltaba Luz que empezó a vincularse con toda la casa. Y nos pesó en las nominaciones y en las placas.

-En las últimas semanas, pasaron cosas que no gustaron de vos, como por ejemplo el acoso a Bati, ¿qué pasó?

-Me hubiera gustado que Bati hablara conmigo. Él fue al confesionario un día y recién a la noche me alarmaron activando el protocolo. Durante ese día conversamos, me dijo que le molestaba lo que yo hacía y decidimos dejarlo ahí; era como un juego entre los dos, de mutuo acuerdo. A él terminó incomodándolo, le pedí disculpas, nos abrazamos y ya está... O eso creí porque no fue así y la verdad sentí mucha incomodidad y sé que él también. De todos modos, quedamos bien con Bati porque tuvimos otra charla con pedido de disculpas. Además recuerdo otra cosa que no me gustó y sucedió en la segunda semana cuando se me escapó una palabrota durante una cena, cuando salió Renato. Y rápidamente me di cuenta, fui al confesionario y le pedí disculpas a su familia y a su gente.

-¿Cómo quedó tu relación con Chiara?

-Ni bien ni mal. Tuvimos una charla y nos dijimos casi todo lo que teníamos que decirnos en cuanto al juego. La relación venía bien hasta que ella se metió con Tato, que es mi amigo y no la estaba pasando bien, y yo tengo que apoyarlo porque es lo que hizo él conmigo también. Con Chiara hubo tirantez hasta último momento.

-¿Cómo imaginás que va a seguir tu historia a partir de ahora?

-Por lo pronto, voy a comenzar un tratamiento hormonal. Cuando decidí mostrarme cómo me sentía y ser Luciana, jamás me informé en cuanto a la parte médica y estética. Pensé en buscarlo desde un lado más natural, sin necesitar hormonas, pero en la casa empecé a sentir cosas en mi cuerpo, dolores, y tuve charlas con los psicólogos y con Gran Hermano y así tomé la decisión de hacer un tratamiento. Después me voy a operar, pero más adelante. Por otro lado, voy a seguir tomando clases de baile, de actuación, de canto. Me gusta también el mundo de la moda y voy a ir descubriendo qué sucede afuera.

-Gran Hermano fue un cambio enorme en tu vida porque decidiste mostrarte como Luciana y despedirte de Jorge. ¿Entraste con ese objetivo?

-El año pasado vine a Buenos Aires con la decisión de quedarme para empezar con el tratamiento hormonal y también gestionar el nuevo DNI. Es una búsqueda que vine decidida a hacer. Me presenté al casting e hice como siete cuadras de cola y estuve a poco de no poder entrar. Creo que fui una de las últimas y cuando me dijeron que había quedado elegida supe que tenía que contar a gritos lo que quería ser y enfrentar todos mis fantasmas. Pude trabajar mucho en la casa y estoy feliz con este paso gigante que di.

-¿Por qué decidiste contárselo al mundo y no a tu familia?

-Yo vengo de Pico Trucado que es un pueblo chico. Había armado mi vida, con mi escuela de danzas y mi trabajo en una oficina también. Podía pensarse que ya estaba realizada y no, había algo más. Mi mamá es muy tradicional, tengo muchos hermanos varones y eso no ayuda. Además, era conocida porque estuve en un reality de baile representando a la provincia, y en diferentes festivales, y mi nombre era conocido y tenía peso. No me animaba a mostrarme... Son más de diez años que soy Luciana a escondidas.

-Debe haber sido muy angustiante eso...

-Era una mochila que me pensaba mucho y me avergonzaba lo que hacía. Ya en la adolescencia, cuando mi familia descubrió que era gay, me hizo sentir que lo que estaba haciendo era malo. En casa siempre fue un tema tabú que nunca se habló y yo sentía mucha frustración. Cuando empecé a viajar a Buenos Aires para estudiar, pude ser más libre en ese sentido. Recuerdo que a finales de 2019 vi un vestido que me gustó, me lo compré y salí. Me di cuenta de que eso era lo que necesitaba, lo que sentía y quería ser. Después, en pandemia, volví a mi casa y me notaron distinta, pero seguí a escondidas hasta que tuve ganas de gritarlo.

-¿Y cómo te las arreglabas para ser Luciana a escondidas?

-A dos horas de mi pueblo ya estoy en Comodoro Rivadavia, que es provincia de Chubut. Entonces viajaba los fines de semana y me llevaba mi bolsito, con mi ropa de Luciana escondida. Tenía que tener cuidado y mirar que no hubiera nadie del pueblo; con mucha reserva. Una vez, de vacaciones en Carlos Paz como Luciana, estaba caminando por una avenida y me encontré con gente de mi pueblo, rápidamente me crucé de vereda. Era como jugar a las escondidas. En mi “Congelados”, cuando apareció mi mamá y me abrazó, me cambió la vida.

-¿Y te animaste a enamorarte o también te inhibiste?

-No conocí el amor, pero sí personas que me gustaron y nunca se los dije. Tuve parejas también y solamente dos de ellas pudieron aceptarme cuando les dije qué me pasaba y continuó el vínculo; con otras se cortó.

-¿Qué pensás de Jorge hoy cuando ya no tenés que esconderte?

-Que fue feliz y a la vez no. Siempre estuvo para los demás, dedicándose a otros y no a él. Al abrirme esta puerta que fue Gran Hermano decidí priorizarme. Hoy tengo otra pisada, me siento diferente, proyecto y soy feliz. Tengo que abrazar a Jorge porque me dio mucho... Aunque en los últimos años Jorge no estaba cómodo y se quería ir.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/luciana-martinez-de-gran-hermano-de-la-gran-decision-que-tomo-al-tratamiento-que-hara-y-el-secreto-nid27032025/

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