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Entre la euforia y la cautela: israelíes y palestinos celebran el alto el fuego tras dos años de guerra en Gaza

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TEL AVIV.- Tanto israelíes como palestinos celebraron este jueves el anuncio del acuerdo para el alto el fuego en Gaza, el mayor paso hasta la fecha para poner fin a dos años de guerra, y devolver a los últimos rehenes capturados por Hamas en los mortíferos ataques del 7 de octubre.

Según el acuerdo, cesarán los combates, Israel se retirará parcialmente y Hamas liberará a los rehenes restantes a cambio de cientos de prisioneros palestinos. Flotas de camiones con alimentos y ayuda médica podrían ingresar a Gaza para socorrer a los civiles, cientos de miles de los cuales viven en campamentos de refugiados y bajo condiciones de hambruna.

Y si bien hay mucho que podría salir mal, el anuncio del fin de los combates y el regreso de los rehenes fue recibido con júbilo de los dos lados.

Einav Zaugauker, madre de Matan, uno de los últimos rehenes, estaba exaltada de alegría en la llamada “Plaza de los Rehenes” de Tel Aviv, donde se reúnen desde hace tiempo las familias de los capturados en el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel.

“No puedo respirar, no puedo respirar, no puedo explicar lo que siento... es una locura”, dijo bajo el resplandor rojo de una bengala. Zaugauker llegó en plena noche a celebrar en la plaza y descorchó una botella de champán.

“Matan vuelve a casa. Vuelve a mí, a nuestro país. Mis lágrimas quieren esto. Gracias a Donald Trump. tengo miedo de despertarme y descubrir que es un sueño", había escrito en la red social X tras el anuncio.

People dance as a band including Gil Dickmann, cousin of slain hostage Carmel Gat, performs אני שוב מתאהב (I fall in love again) by former Kaveret frontman Gidi Gov at Hostages Square pic.twitter.com/hEv1z7QRju

— Noam Lehmann (@noamlehmann) October 9, 2025

Ynet Tala Horkin, madre del rehén Maxsim, había dicho más temprano que era la mañana más hermosa del mundo. “Estoy feliz, confundida, mi cabeza no puede procesar toda la información. Tuve a Maxsim cuando tenía 16 años y medio, no me acuerdo de mí misma sin él", afirmó.

Eran más de las ocho de la noche y multitudes de israelíes seguían llegando a la plaza, el centro de protestas en estos dos años, desde donde se exigía a Benjamin Netanyahu el fin de la guerra y la vuelta de los rehenes. Ahora en cambio tocaban bandas de música.

El alegre optimismo contrastaba con las caras de decepción y tristeza de las convocatorias anteriores, mientras algunos bailaban y se unían a cantos espontáneos. Para otros, la alegría se vio empañada por la incertidumbre sobre cómo se desarrollarán los próximos días.

“Todavía no me doy cuenta de que está a punto de suceder”, dijo el argentino-israelí Itzik Horn, cuyo hijo, Eitan Horn, se encuentra entre los 20 rehenes que se cree que siguen vivos en Gaza. Añadió que, recién cuando vea a los rehenes, “sabré que se acabó”.

Cómo se vivió en Gaza

En Gaza, los ataques y disparos israelíes continuaron antes del inicio oficial del alto el fuego, pero a un ritmo más lento que en las últimas semanas, cuando Israel llevaba a cabo una de sus mayores ofensivas de la guerra.

Ya había indicios sobre el terreno de que las tropas israelíes se preparaban para retirarse. Un testigo presencial cerca del campamento de Nusseirat, en el centro de la Franja de Gaza, dijo que había visto al Ejército israelí volar una posición militar abandonada y bajar una grúa utilizada para vigilar la zona.

Cerca del corredor de Netzarim, principal punto de concentración de las tropas israelíes en el centro de Gaza, el Ejército disparó decenas de granadas de humo, que suelen utilizarse para cubrir a las tropas en movimiento.

“Gracias a Dios por el alto el fuego, el fin del derramamiento de sangre y las matanzas”, dijo Abdul Majeed Abd Rabbo en Khan Younis, al sur de Gaza. “No soy el único feliz, toda la Franja de Gaza está feliz, todo el pueblo árabe, todo el mundo está feliz con el alto el fuego y el fin del derramamiento de sangre".

“Una vez que escuchamos la noticia sobre la tregua, nos sentimos felices”, manifestó por su parte Ibrahim Shurrab, un refugiado en el campamento de Muwasi. “Le pedimos a Dios que la felicidad continúe para nosotros y para nuestro pueblo palestino y que podamos regresar a nuestros hogares a pesar del dolor y el sufrimiento", agregó.

Nevin Qudeeh afirmó que sintió el mayor alivio desde que la guerra estalló hace dos años. Y agregó que estará aún más feliz cuando pueda regresar a casa. “Estamos quedándonos en las calles”, expresó.

En Deir al-Balah, algunos niños recibieron la noticia con silbidos, aplausos y cánticos de celebración de “Allahu akbar”, la frase árabe que significa “Dios es grande”.

Mahmoud Wadi dijo que recibió la noticia con “una felicidad inmensa y un sentimiento indescriptible”.

Otros en la Franja de Gaza lucharon con emociones encontradas. “Estoy feliz e infeliz”, dijo Mohammad Al-Farra. “Hemos perdido a mucha gente y hemos perdido seres queridos, amigos”, familiares y hogares que son mucho más que piedras y edificios físicos, añadió.

Uno no puede evitar preguntarse cómo será el día después, lamentó, o por dónde empezar a recoger los pedazos. “La situación es muy difícil”. Pero afirmó que superarían las dificultades futuras tal como lo han estado haciendo.

Taghreed al-Jabali, desplazada de Khan Younis, compartió los sentimientos encontrados. “No sabemos si sentirnos felices o tristes”, lamentó, refiriéndose a los asesinatos y pérdidas de los últimos dos años, incluidos los niños que perdieron dos años completos de escuela.

“Nuestros hijos e hijas no recibieron educación. Se perdió toda una generación. Se perdieron dos generaciones, no solo una. Que Dios nos lo compense", dijo.

Agencias AP y Reuters

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/entre-la-euforia-y-la-cautela-israelies-y-palestinos-celebran-el-alto-el-fuego-tras-dos-anos-de-nid09102025/

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